Teatro Nacional de Cataluña

El arquitecto Ricardo Bofill se inspiró en la tradición clásica para diseñar el Teatro Nacional de Cataluña: el edificio recuerda un templo griego de aspecto imponente, con 26 columnas de 12 metros de altura, una enorme cubierta a dos aguas y una escalera de acceso rodeada de palmeras.

Inaugurado en el año 1996, ocupa una superficie de 20.000 metros cuadrados y está rodeado por una zona ajardinada que se utiliza para hacer representaciones al aire libre. El vestíbulo interior fue concebido como una plaza pública cubierta, protegida por vidrios y engalanada con vegetación interior. Esta ágora responde al propósito de crear un teatro de carácter público para impulsar la excelencia de las artes escénicas en Cataluña y servir como punto de encuentro entre los creadores y su público.

El edificio principal cuenta con un restaurante, que ocupa 1.000 metros cuadrados, encima de la platea de la Sala Gran. El aforo de esta sala es de 900 localidades, dispuestas a la manera de los anfiteatros clásicos para favorecer la plena visibilidad del escenario. Aparte de la Sala Gran, el edificio incluye una sala de 300 localidades. Además, dentro del recinto del teatro hay un edificio anexo donde se encuentra la llamada Sala Tallers, con 400 localidades.

El Teatro Nacional de Cataluña se ubica en la plaza de las Arts, al lado de L’Auditori, y solo a unos metros de la plaza de las Glòries, donde se puede visitar la Torre Glòries y el Disseny Hub, otros exponentes notables de arquitectura contemporánea en la ciudad.

¿Cómo llegar al Teatro Nacional de Cataluña?

El Teatro Nacional de Cataluña está situado delante de la parada Glòries de la Ruta Roja del Barcelona Bus Turístic, en la calle de Zamora. Cruzando la avenida Meridiana, al lado derecho de la calle de Padilla, encontrarás el teatro.

Para los más curiosos

• ¿Sabías que...? El Teatro Nacional de Cataluña es un centro de artes escénicas referente de Barcelona, considerada una de las ciudades de España con más vida cultural junto con Madrid y Valencia. Teniendo en cuenta su densidad de población, es la que tiene más centros culturales por habitante de las tres poblaciones.
• El consejo del barcelonés: Se recomienda visitar el Teatro Nacional con tiempo para explorar la arquitectura exterior del edificio y los jardines con vistas a la zona baja de Barcelona. Además, si se planifica la visita, se puede asistir a los espectáculos que se organizan o apuntarse a una visita guiada. En estas visitas se muestran las instalaciones del teatro, junto con los rincones más desconocidos, como los camerinos, los almacenes, la parte de detrás del escenario, las salas de ensayo y los talleres. Es una actividad abierta a todas las edades, que se puede disfrutar en familia.
• Imprescindible para: Amantes del teatro y la cultura.